martes, 29 de noviembre de 2011

Únicamente Tú...


Cuando caminamos entre la multitud de la gente, sumergido en tus pensamientos, reflexionando sobre el momento en el que la soledad dejará de darte la mano eternamente y de repente,  nos  tropezamos con alguien que nunca antes había visto y  al mirarla de nuevo, toda tu atención se centra en ella, y tu corazón da un vuelco, se entrega por completo, entonces te das cuenta de que el corazón no deja de latir cuando morimos, sino que deja de latir cuando su palpitación ya no tiene un sentido por el cual hacerlo.

Tú, que ignoras mis sentimientos, te maldigo, a la vez que te adoro y admiro; Tú,  que callas  y atentamente escuchas mis consejos; Tú, la única persona capaz de mover mi mundo con una sonrisa; Tú,  quien espero que aparezcas en esas frías noches de invierno a altas horas de la madrugada, mientras  me mantengo despierto dando vueltas en la cama; Tú,  que a pesar de yo ser responsable, me obligas a cometer  ciertas locuras; Tú y solo tú eres capaz de hacer todo esas cosas, sin darte cuenta, sin ningún tipo de propósito.

Me gustaría caminar hasta que mis pies no aguanten más a altas horas de la noche,  y que mientras las nubes  que  se hallan sobre mí lloran, poder visualizarte cada más cerca como  el contacto de cada gota de lluvia sobre el suelo que reclama su contacto, al igual que las flores, tristes se desgastan cuando el sol se ausenta, yo, sólo en mi cama, quedo sepultado por las paredes a causa de la pena que cargo.

Cuando el destino no tiene deparado nada nuevo, piensas en varias opciones para continuar al frente de la situación, para seguir adelante, el único problema es que cuesta  hacerlo con la cabeza en alto, una vez que el corazón está hueco.

Mi cara, mis manos y mi cuerpo son el fiel reflejo  de la tristeza que encarna mi ser. Mis ojos,  vía por la que todos los días observo y contemplo  mi alma, martirizan la percepción de la realidad que percibo justo en este momento.

Me gustaría eliminarte, tal y como se limpia el polvo, el problema es que mi vida, sin una única mirada tuya o palabra recién pronunciada por tus labios, mi día se tiñe de gris.  El suelo que piso se despedaza y corro el riesgo de caer a un abismo que hace semanas atrás, no tenía ni idea de que existía.

Nos queda tanto por vivir  y mucho por aprender, que llego a la conclusión de que más que vivir una vida para disfrutarla sanamente, vivo enfermo en un sin vivir  que hasta el sueño me quita.  A pesar de verte, de sentirte y de tocarte, justo en el momento que me faltas pongo mi mano sobre el pecho que encarcela mi corazón y te siento cerca, aquí, justo a mi lado, siento cómo tu nombre queda grabado en la palma de mi mano con cada latido de mi impaciente e ilusionado corazón.

Por ti, descalzo caminaría, por ti, hasta lo imposible lo haría, por ti, los mares surcaría, por ti, a mi futuro renunciaría…Porque tú eres capaz  de mis mejillas hacer enrojecer, congelar el tiempo, quitarme y devolverme la vida y debilitarme con tu indiferencia, te hago entrega de este comunicado expresado por mi corazón…

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